Todos estamos acostumbrados a ver representado al Jesús histórico, como un hombre caucásico, con pelo castaño claro, casi rubio y ojos azules. A pesar de que en el Medio Oriente donde desempeñó su papel, las personas tienen facciones físicas muy distintas. Los historiadores siempre han tenido ese dilema por resolver; sin embargo, en la actualidad ya se cuenta con más herramientas, para tener un aproximado más exacto de cómo se vería el hombre más influyente del mundo. En esta entrega presentamos: el verdadero rostro de Jesús de Nazaret. Veamos:
Estudios científicos niegan el rostro popular
Según estudios realizados por investigadores británicos de la BBC, afirman que el Jesús histórico es muy distinto de las representaciones simbólicas. De hecho, aseguran que no es posible que tuviera el cabello largo y la barba larga, pues en aquella época nadie llevaba un estilo así. Lo más probable es que tuviera el pelo corto y barba recortada muy cerca de la piel. Los investigadores recrearon un modelo que históricamente sería el más apropiado para ese contexto, teniendo en cuenta el lugar donde habitó y la descendencia judía que tenía Jesús.
El modelo fue recreado a partir de un cráneo de los primeros años después de Cristo, encontrado en la región donde vivió Jesús, que ahora conocemos como Palestina. El modelo final lo realizó el antropólogo forense Richard Neave, quien muestra a un hombre de tez morena, ojos oscuros, rasgos fuertes, pelo y barba cortas, aunque esta representación no se trata del mismísimo rostro de Jesús de Nazaret, sino que muestra una aproximación más realista, según la ciencia oficial, de cómo se vería un hombre común de aquella época, viviendo en la región del Medio Oriente. Todo lo contrario a las primeras representaciones bizantinas de Jesucristo.
De acuerdo con los datos obtenidos llegaron a la conclusión, que la representación más cercana a la apariencia de Jesús, sería el Moisés que fue pintado en el siglo III después de Cristo, en las paredes de la sinagoga de Dura Europos.Aunque no es una representación propia de Jesús, muestra como debió verse un hombre judío en la época Greco Romana, con el cabello corto, barba corta y con la túnica bajo sus rodillas, tal como los antropólogos forenses lograron recrear a Jesús.
No se tiene información exacta de que fue lo que motivó a los artistas de aquella época, para darle una apariencia muy parecida a la de Zeus, el padre de los dioses de la mitología griega.
Otro aporte bastante controversial, fue realizado por el fotógrafo holandés Bas Uterwijk, quien utilizó un programa de inteligencia artificial, para recrear el verdadero rostro de Jesús. El resultado fue sorprendente. Al igual que los investigadores de la BBC, la representación difiere bastante de lo que se ha querido mostrar en las pinturas históricas. El software Artbreender también ha sido utilizado por el artista fotográfico, para recrear personajes históricos como el Rey David, Napoleón, Vincent Van Gogh, entre otros hombres relevantes.
El resultado de la imagen fue gracias a dos redes neuronales con las que se encuentra dotado el Software de inteligencia artificial. La primera reconstruye el rostro, con una base de datos de imágenes históricas y la otra red neuronal, se encarga de catalogar qué tan real es el trabajo logrado. Cuando el programa arroja la imagen final, el artista la retoca con Photoshop, para lograr un acabado hiperrealista.
Un dilema que lleva siglos
Para este trabajo, Uterwijk incluyó representaciones bizantinas y renacentistas de Jesús de Nazaret. También incluyó el Salvator Mundi de Leonardo Da Vinci y el retrato que lograron los científicos a partir del Santo Sudario de Turín. Además, debía recrearse a partir de las etnias del medio oriente. Finalmente, se recrearon dos imágenes, una con pelo largo y otra con pelo corto.
Su trabajo se difundió por todas las redes sociales teniendo gran impacto. Cuando su obra se volvió viral, el artista declaró que su intención no era tener una precisión científica, sino brindar un aporte artístico de cómo se hubiera visto Jesús en realidad.
El verdadero rostro de Jesús siempre ha sido un misterio. Según la historia y registros sagrados, era capaz de prodigios como transfigurar su rostro y pasar inadvertido entre las multitudes. Fue por esa razón, que Judas tuvo que darle un beso para indicarles a los soldados romanos que se trataba de Jesús, porque de lo contrario nunca hubieran podido capturarlo.
Muchos investigadores, científicos, incluso esoteristas, han querido demostrar que la imagen del maestro que se ha reproducido a lo largo de la historia, no guarda concordancia con la realidad. Sin embargo, es un hecho que cualquier persona, incluso no siendo un creyente religioso, tiene la idea grabada de que Jesús fue blanco, rubio y de ojos claros.
Aunque ya se tiene una idea más clara de cómo se vería Jesús de Nazareth, en realidad, es un hecho que la devoción va más allá de la apariencia física que pudo haber tenido. Las representaciones simbólicas siempre han cobrado mayor interés en el contexto religioso, que cualquier otro dato histórico.