En la actualidad, una gran mayoría de personas presentan una barriga abultada, debido a malos hábitos alimenticios y la falta de ejercitarse. Cada cuerpo es distinto y a pesar de que algunos coinciden en un abdomen inflado, cada barriga se diferencia de una a otra persona. Si lo que se desea es lucir un abdomen plano, lo más recomendable es empezar por identificar qué clase de barriga se tiene, cuáles son sus causas y cómo disminuirla. Veamos:
Panza por estrés
Los estómagos estresados tienden a ser sobre cumplidores con gente de corte perfeccionista. Casi siempre se muestran muy vulnerables a las circunstancias de la digestión, tal cual sucede con el síndrome del intestino irritable, cuyo síntoma más visible es la inflamación del vientre. Si la causa es el estrés, resulta fácil de detectar, puesto que el peso se halla entre la parte del diafragma y la región umbilical.
Cuando se está en condiciones de estrés, el organismo genera la hormona cortisol, misma que conlleva a que el cuerpo se aferre a la grasa que bordea el abdomen. Un vientre estresado es bien peculiar y se diferencia porque se siente duro al tocarlo, no tanto blando y con llantas. Se puede originar por saltarse las comidas, abusar del sistema suprarrenal consumiendo exceso de café y comida chatarra.
Panza hinchada
El abdomen hinchado tiende a estar plano al levantarse en la mañana, pero con el trascurso de las horas del día va inflamándose debido a la acción de los gases y la indigestión. Se le ha denominado como distención y es algo que padecen tanto las personas delgadas y con sobrepeso. Por lo general se desarrolla por la intolerancia a determinados alimentos, así como una condición de debilidad intestinal, resultado de una dieta inadecuada.
Mucha gente sufre con la hinchazón de su vientre, debido a que consume alimentos que causan mal, pero no se han identificado y año tras año, día tras día se ingieren y el efecto de abultamiento se hace evidente, como síntoma de una flora intestinal insuficiente. Para disfrutar de un abdomen plano, se necesitan bacterias beneficiosas en los intestinos. Salir a caminar luego de cada comida, contribuirá a mejorar la digestión considerablemente.
La panza tipo “llanta”
Casi siempre, quienes tienen esta clase de abdomen tienden al sedentarismo o trabajan sentados largas horas en una oficina. Y sumado a esto, las emociones negativas las combinan con licores y azúcar. Tampoco realizan ejercicio físico, sino que les encanta estimular el paladar con ricos postres, pastas, arroz blanco, panes, refrescos gaseosos y licor con mucha regularidad.
Abdomen inferior abultado
Este abdomen caracteriza a aquellos individuos estimados como altamente cualificados, que cuentan con empleos exigentes y profesionales, les encanta ir al gimnasio y se acostumbraron a una dieta durante numerosos meses. Suelen excederse en ejercicios abdominales y rutinas exhaustivas en el gym, pero aun así de modo ineficiente porque el abdomen inferior lo mantienen abultado. En ese caso la solución radica en re pensar la dieta estratégicamente, vinculando comidas que contengan fibra, como las verduras de hoja ancha y reducir el consumo de proteína. Así mismo, es necesario beber alrededor de dos litros y medioo de agua diariamente.
Abdomen líquido
Esta barriga es común entre individuos que no gozan de un adecuado funcionamiento renal. Este factor desencadena en una escasa eliminación de líquidos y toxinas en el cuerpo, mismos que se acumulan en varias partes principalmente en el abdomen. En este caso, los médicos especialistas aconsejan retirar de la dieta las comidas ricas en sodio como las sardinas, mariscos, pescados como el lenguado, anchoas, etc.
Abdomen de embarazada
Esta barriga es común entre las mujeres que han sido madres y por falta de tiempo no pueden dedicarse a los cuidados que necesita su aspecto físico. Por ende, la dieta post parto es crucial, en la cual vale la pena incluir el pescado azul, un alimento formidable que ayuda a bajar de peso luego de un parto, gracias a sus propiedades en omega 3 y 6. También el aguacate resulta una comida ideal para ello, por su influencia hormonal.
Barriga cervecera
Es una clase de obesidad denominada “central”, producida por unos hábitos de alimentación poco saludables y equilibrados, acompañados de un sedentarismo continuo, además de la herencia genética dominante. Es claro que como su nombre lo indica, suele ser una barriga de aquellos que beben cerveza con regularidad.
No sólo basta con hacer ejercicio y entrenarse duramente. También es necesario una alimentación estricta y nutritiva, o los resultados no se verán. Prácticamente, la dieta equivale a un 70% de los resultados y el entrenamiento 30%. Así que el abdomen se construye en la cocina y no tanto en duras rutinas que pudieran ser agotadoras al pasar mucho tiempo y no ver efectos satisfactorios. Es urgente olvidarse de las gomitas, pastelitos y toda clase de golosinas, especialmente harinas refinadas y paquetería en general.