En la modernidad, los Samuráis han sido representados como personajes legendarios que lograron desarrollar habilidades que sobrepasan el límite de lo normal. Pero el hallazgo de un enigmático manuscrito ha revelado que efectivamente, los samuráis llegaron a tener poderes y capacidades sobrehumanas. Ahora veremos todo lo relacionado con la magia de estos impresionantes guerreros:
El antiguo manuscrito, que data del siglo XVII, ofrece detalles de los conocimientos que guardaban celosamente los samurái y relata la historia de un guerrero llamado Itō Ittōsai. Aunque no fue escrito por él, sí se especifican sus enseñanzas que otorgaba de labio a oído a sus discípulos, en su escuela de nombre One Cut.
La traducción del escrito secular especializado en conocimientos profundos de artes marciales fue a manos de Eric Shahan, quien afirma que la información que revela sobre técnicas especiales, van acompañadas de oraciones esotéricas y mágicas, con símbolos difíciles de entender. Todo encaminado en cómo vencer en una batalla.
En las manos del samurái, exactamente en las palmas, se podía divisar una serie de grabados en sánscrito, que según fueren sus signos, sintetizaba qué grados de poder ha obtenido ese guerrero. En todos coincidía el tatuaje de un Oni, que es una clase de entidad demoniaca japonesa.
Según las líneas plasmadas en ese manuscrito mágico y marcial, los guerreros debían unir sus manos en señal de oración, al mismo tiempo que las hacían girar de un modo peculiar y entonces, obtenían reunir una energía muy extraña y poderosa con la que podían atacar mordazmente a su contrincante. Así mismo, están escritas unas oraciones esenciales para poder observar a su adversario de manera clarividente.
Los Ojos del Corazón y el Corazón de Zorro
Así se denominaban unas de las técnicas más poderosas y sobrenaturales de los Samurai, narran las viejas escrituras. Los Ojos del corazón es una regla samurái fundamental, que consiste en no mirar por nada del mundo, a los ojos al oponente, sino que se debe mirar con los ojos del espíritu, puesto que de entablar contacto ocular físico entre ambos, lo más seguro es distraerse y confundirse, pero con los ojos de la Conciencia siempre habrá calma, seguridad y lectura directa del contrincante en muchos sentidos.
Todo esto, da entender a muchos investigadores que los Samuráis eran auténticos clarividentes y podían observar de manera mágica a sus enemigos, pudiendo leer sus mentes y detectando puntos débiles imposibles de detectar para alguien normal.
La versión escéptica de algunos científicos radica en la idea de que más allá de algo supra sensorial, la mirada especial de Los Ojos del Corazón se trataba en realidad de evitar observar fijamente al adversario, sino con la visión periférica. Según los estudios, los seres humanos reaccionan con mayor velocidad ante esta clase de mirada.
En el momento en que un Samurái observaba de modo directo la espada de su contrincante, entonces la psiquis podía captar de un modo nítido y consciente el movimiento, para luego lanzar un contraataque, que generalmente era letal. Pero si miraban con una perspectiva periférica, entonces la mente no era impactada con un registro directo, sino que reacciona por acción de reflejo e instantáneamente a algún movimiento. En un solo instante, un Samurái podía verlo todo y moverse velozmente.
Las oraciones esotéricas que menciona el manuscrito, son vistas por los expertos actuales como un tipo de autohipnosis o alguna clase de meditación con la que el guerrero lograba despejar su mente en el combate. Quien dejara que su mente divagara con algún pensamiento, estaba perdido antes de que intentara cualquier movimiento.
El corazón de zorro
La otra regla de oro era la que llamaron “El Corazón de Zorro”, que como su nombre lo indica, implica adoptar la actitud defensiva de este animal, caracterizado por mantener siempre una actitud muy cautelosa y esto es totalmente negativo en una batalla, porque podría causar sospechas de los movimientos de manera espontánea y costar la vida misma. Así que la regla consiste en no tener corazón de zorro y a eliminar toda clase de cautela, para dejarse dirigir sólo por los ojos del corazón.
Este manuscrito fue autoría de la escuela del guerrero Samurái Itō Ittōsai, ganador de 33 duelos en el país nipón. Sus habilidades verdaderamente sorprendentes y sobrenaturales, por su elevada concentración que raya en los límites de la magia, otorgaba infalibilidad y saber usar cada detalle del cuerpo humano, les brindaba todas las ventajas sobre el rival, especialmente la visión periférica.
Como se dijo anteriormente, los samuráis no sólo son guerreros que se dedican a entrenar su cuerpo físico, sino que la preparación de su mente lo consideran como un factor primario y esencial, inclusive para dominar su propio cuerpo, primero saben que deben controlar su psique. Para ello, destinan largas horas a practicar la meditación. Antes de usar su espada contra un rival, primero la usan contra sí mismos, pero de una manera simbólica: usan su espada de la voluntad para eliminar todas sus debilidades psicológicas.