Internet ha revolucionado la comunicación a nivel global en las últimas décadas, de eso no cabe ninguna duda. Cada día es más la gente conectada a la red global que comparte y se nutre de información en el universo online. Especialmente los más jóvenes, que en algunos casos apenas han tenido contacto con otros medios de comunicación de masas tradicionales como puedan ser la televisión, la radio o la prensa escrita.
El poder de internet
Internet en general y las redes sociales en particular viven una etapa dorada y se han convertido en poderosas armas de difusión informativa. Las organizaciones más vanguardistas y visionarias han sabido ver a tiempo que el futuro está en el mundo digital y por eso vuelcan todos sus esfuerzos en conquistar este territorio. La influencia online es decisiva ya sea en el plano económico o político. Muchos expertos manifiestan que la gestión informativa en redes sociales fue decisiva para que Trump accediera a la presidencia de los Estados Unidos en las últimas elecciones, por poner un ejemplo.
Si por la red corren océanos de información que tienen un impacto decisivo en el comportamiento social, desgraciadamente también corre otra herramienta igual o más efectiva y de dudosa ética: la desinformación. O lo que es lo mismo aquellas noticias, imágenes, o vídeos que son parcial o totalmente falsos y que buscan confundir o modificar tendencias sociales en función de intereses particulares, sobre una base que no se corresponde con la realidad.
Fake news generadas automáticamente
En internet siempre se ha puesto en tela de juicio la información que se alberga, puesto que las fuentes son múltiples y cada uno puede publicar lo que desee sin necesidad de verificación. El problema es que los engaños en la red están llegando a un grado de sofisticación que los hacen en muchos casos casi imposibles de detectar, como nos refleja este artículo de Ionos. El big data y la inteligencia artificial con capacidad para el autoaprendizaje se combinan para obtener unos resultados absolutamente espectaculares.
Evidentemente, sus aplicaciones como en muchos otros logros increíbles de la tecnología, pueden ser múltiples y maravillosas. No obstante, desgraciadamente también son de gran eficacia para su uso con fines inmorales. La educación de los usuarios es, de momento, la mejor arma para evitar las noticias falsas. Pero como comentábamos anteriormente, en algunos casos son prácticamente imposibles de identificar incluso por los mejores expertos.
Tradicionalmente los virus o los sistemas de seguridad han sido las principales preocupaciones de los usuarios, sin embargo, las fake news han ganado mucha presencia en la red en los últimos años e indudablemente suponen un reto a combatir a corto y medio plazo.
Imagen: pixabay